lunes, 4 de octubre de 2010

1 comentario:

Mariano Quiroga dijo...

¿Vivimos en un mundo de apariencias o es que la realidad es cartón pluma?
El ojo, ese gran mentiroso y la conciencia, esa gran traidora, se complotan para que nunca estemos seguros de lo que estamos seguros. Sin embargo de aquello de lo que podemos estar seguros, preferimos ignorarlo, porque la certeza, en el fondo, es pesada. Y a partir de la certeza no hay vuelta atrás, no podemos negarnos a esa certeza, sin negarnos lo más profundo, sin negarnos la vida.
Somos lo suficientemente estúpidos como para hacerlo, de todos modos. Por eso vivimos con ese asco y ese miedo permanentes. Porque negamos las certezas profundas...