jueves, 30 de septiembre de 2010
miércoles, 29 de septiembre de 2010
ALIEN: Monstruoso espécimen del espacio, devorador insaciable de astronautas, que cuenta en su haber con una filosa dentadura chorreante de ácida y corrosiva baba, para descomponer a sus víctimas y tragarlas con menos dificultad, haciendo gala de cruentos banquetes espaciales.
Si bien todo eso es repugnante, lo que más bronca me da, es que sea tan miserable.
martes, 28 de septiembre de 2010
METALEROS. Cultores de música selecta y poderosamente dosificada en ingredientes de estridencia, energía y malos modales. Pura rebeldía de alto volúmen. Sectarios del satanismo, cultores de leyendas vikingas, adoradores de lo pagano, refutan la suavidad de una melodía apacible, montando sus ruidosas motos de metal cromado en busca de problemas, armados con sus tachas por muñequeras, y siempre llevando un estandarte de riffs distorcionados en las voces que gritan desde las eléctricas guitarras.
Todo este despliegue de energía, puede derivar en malentendidos cuando estos músicos del infierno intentan buscar una buena imagen para su banda.
Todo este despliegue de energía, puede derivar en malentendidos cuando estos músicos del infierno intentan buscar una buena imagen para su banda.
lunes, 27 de septiembre de 2010
El vampiraje, generalmente no es muy aficionado a las tradiciones de los mortales. En primer y último lugar, porque son inmortales, y por la misma condición, les resulta demasiado complejo habituarse a los paradigmas tradicionalistas, que sabemos, rigen las vidas de las personas, y cambian según contextos y momentos históricos. Por ejemplo, un vampiro de la Edad Media, no puede permanecer en el hábito de bañarse una vez por mes, ya que en el siglo XXI esas formas son condenadas, y si no se bañan a diario pueden sufrir descalificaciones por parte de individuos posmodernos, tales como: sucio, roñoso, bañate, etc. Inclusive, algunos más arriesgados se animaron a escribir con el dedo índice en la capa de algún vampiro demasiado apegado a las tradiciones medievales, la inmortal frase: “LAVAME SUCIO”. Y claro, la condición de ser inmortales, muchas veces los encontró en abrazo fraterno con Highlander, compartiendo las penurias de los que se ven siempre olbigados a despedir a los que se van, y nunca tienen la oportunidad de despedirse ellos mismos al pasar a mejor vida.
Pero, desde la oficialización de la fe Cristiana, hecha de la mano del emperador romano Constantino, allá,…ahí…iSi!...por el año 300 d.C., el vampiraje extrañado miró sin comprender que el rito del casamiento, se realizaría en templos llenos de crucifijos, agua bendita, y para colmo, edificados sobre tierra consagrada, cosa que a los vampiros les hace perder su preciada inmortalidad. Entonces, desde Constantino en adelante, estos seres de la noche ya no podrían contraer matrimonio, lo cual a muchos...les vino muy bien.
Esto de cumplir a rajatabla algunas tradiciones, es posible que no se aplique solamente a los vampiros. Es una mala costumbre visible en ciertos mortales poco adaptables a los mandatos sociales imperantes, y hace varios años, vienen reclamando igualdad de condiciones con los murciélagos humanos -no confundir con Batman-intentando conseguir la inmortalidad. Se sabe que muy pocos han conseguido este logro igualitario, cosa que Highlander logró por ser un soltero empedernido y sin remedio.
Presentamos aquí, el caso de “Drácula” y su prometida mortal, “Mina”. Sucede que muchos vampiros malintencionados, le decían a Drácula: “Dejate de hinchar, vos tenés que conseguir una mina buena, y casarte de una vez por todas”. Drácula, desacostumbrado a estas tradiciones, trató de seguir al pié de la letra las recomendaciones de sus viles colegas, y literalmente pudo conseguir una "Mina" para casarse; aunque por culpa del emperador Constantino, tendría algunos problemas para resolver este inmortal dilema.
domingo, 26 de septiembre de 2010
Tratado sobre la inspiración, exhalando ideas, e inhalando conceptos.
De mi libro: “Tratados”
(Ex.titulado: “Tratados que tratan de tratar algo, pero sin dejar de tratarlo, sea bien o mal, de eso se trata, y eso trato.”)
Cuando la creatividad y la inspiración, o bien podríamos decir las Musas, no llegan a la mente del creativo, puede ser por dos motivos: O está demasiado bloqueado, o al fin y al cabo, de creativo tiene muy poco. Descartando la segunda opción, les presento 7 diferentes técnicas, las cuales, si usted es creativo, o niega no serlo sin aceptar la segunda opción -como es mi caso- le servirán de muy poco, aunque quizás le prendan la lamparita del velador cognitivo para desembocar en otras ideas mucho mejores, o con suerte, peores.
1-Técnicas para atraer una Musa:
Esta es la más simple de todas las técnicas. Diríjase a la pizzería más cercana y pida una de “Muzza”. Si quiere solamente una idea simple, con una porción al plato para consumir al paso es suficiente. Si usted busca ideas más abarcativas, solicite una grande de Muzza, pero… ¡Cuidado! El exceso de Musas y de Muzzas, puede enredarlo en interminables hilos de ideas aceitosas que se estirarán indefinidamente, para luego tener que cortarse al llegar a la cabeza, o bien al plato.
2-Técnicas para lograr ideas brillantes:
La idea para atraer ideas brillantes, aunque es algo opaca, consiste en lustrar el aparato psíquico. Para este menester es necesario acudir a algún comercio de venta de artículos de limpieza, y con una simple pasta de lustre, solamente aplique con trapo limpio y dele bien fuerte, hasta que la idea surja brillante e indonfundible en su concepto. Si el concepto todavía sigue confuso y poco reluciente, intente con un lustrador de pisos de madera, ya que su aparato psíquico es del mismo material.
3-Técnicas para remover viejas ideas atascadas:
Con una lata de removedor, o bien, WD 40, es muy simple remover y destrabar ideas oxidadas, y lo mejor es que son productos que pueden conseguirse en cualquier ferretería del barrio. También debemos tener en cuenta que las ideas viejas suelen repetirse, generalmente, ya sin resultados positivos, restando a su vez, lugar físico para otras ideas. Si usted tiene la cabeza llena de ideas viejas, desteñidas, usadas, es interesante la práctica de un buen lavado de cerebro, que podrá realizar mirando "El Show de Ricardo Fort" y Tinelli, al mismo tiempo.
4-Técnicas para crear sin límites:
Las fronteras de la creación suelen ser abiertas e infinitas, pero si estas fronteras le resultan limitadas e infranqueables, es porque no tiene su pasaporte al día. Es recomendable en ese caso traspasar la frontera como polizonte del pensamiento, de incógnito, cosa que los guardias fronterizos no tengan que solicitarle ninguna documentación. Aunque debe saber que sus ideas siempre serán de condiciones marginales, ilegales. En cuanto tenga tiempo renueve su pasaporte.
5-Técnicas para obtener ideas, producto del azar.
Sabemos que muchos artistas no elaboran específicamente las ideas, sino más bien, por algún mecanismo del inconciente, -como el artista mismo-, las ideas les vienen sin llamarlas, invitándose solas, sin pedir permiso. Algunos dicen que es un milagro, otros sostienen que es producto del azar. Si usted no tiene esta característica de creatividad milagrosa, o bien, azarosa, es recomendable rezar todos los días un rosario esperando el milagro de una idea con fe inconmovible. Por otro lado, puede apostar su cabeza y jugarla en la ruleta, esperando que el azar le haga ganar muchas ideas, o bien, de una vez por todas y para siempre, pierda la cabeza, cosa que a muchos creativos y artistas les sucede, a la postre, volviéndose locos, para luego ser internados en un manicomio.
6-Técnicas para invitar ideas:
Si quiere invitar ideas, alquile un salón de eventos, organice una fiesta, envíe la carta invitación correspondiente, y espere sentado a que se acerquen. Es necesario tentarlas con un prometedor y suculento catering, si es posible, de “Muzzas”. Si las ideas no asisten quiere decir que estaban demasiado ocupadas con otras cosas mejores que asistir a su cabeza. Como vimos en otra parte de estos consejos, a muchas ideas les gusta llegar sin que las inviten, por lo tanto, quizás invitando a una sola idea es posible que tras la misma lleguen muchas más para intentar colarse al evento. Por más que le parezca injusto, déjelas pasar.
7-"Brainstorming" (Lluvia de Ideas):
Para lograr mucho más prolíficamente la conocida técnica de “Brainstorming” utilizada por muchos creativos, es necesario antes que nada, apesadumbrarse en forma grave, deprimirse sin remedio, creando negras nubes en su mente, que conforme vaya pasando el tiempo, se convertirán en tremendas nubes de tormenta, cúmulus nimbus conceptuales. Luego intente descender la temperatura cerebral para producir la lluvia torrencial de ideas, que caerá sin parar durante horas, y a veces, por días enteros. No se exceda en la práctica ya que puede producir graves inundaciones en su psiquis, cortando las calles de sus conceptos, e imposibilitando el normal tránsito de las ideas. Si tiene el tránsito de las ideas algo lento, tómese un Activia.
Muy bien, tengo muchas más técnicas e ideas para recomendar, aunque son algo cruentas, como transplantes de cerebro, lobotomías, o bien, insertar los dedos en el enchufe para recibir la descarga eléctrica que encienda su lamparita interna, pero debemos recalcar, sin copiarnos, que en todas ellas se corre el riesgo de perder la vida, aunque, intentando no perder la creatividad en la forma de partir hacia el creador máximo.
Espero estos consejos les sean útiles para desbloquear, o bien, descubrir el creativo que llevan dentro suyo. Muchas veces sucede que este creativo escondido en nosotros, no se descubre fácilmente, ya que no se cuentan con equipos de búsqueda capacitados. En ese caso, y como último consejo, pueden utilizar el buscador Google, o bien, una jauría de sabuesos que logre rastrearlo.
Debemos recordar que la creatividad, el arte en sí mismo, es una ecuación que consiste en 10% de talento, y 90% de trabajo. La resultante de estas variables determina la razón por la cual tantos artistas quedan bloqueados, y es que desde el principio de los tiempos, los artistas, utilizando el 10% de sus capacidades, le han escapado al trabajo mismo. Pero para lograr esto se debe tener talento, y sobre todo, pocas ganas de trabajar.
¡A crear, que el mundo se acaba!
sábado, 25 de septiembre de 2010
“Tratados & Trattoria” (Un Aroma Mediterráneo, que trata de serlo)
De mi libro: “Tratados que tratan de tratar algo, pero sin dejar de tratarlo, sea bien o mal, de eso se trata, y eso trato.”
(Próximamente llamaré a mi libro solamente “Tratados”, pero no estoy seguro, ya que es demasiado sintético, y a mí me gustan las cosas naturales.)
Mientras escribía uno de mis tratados, esta vez sobre la estratificación del estrato de la Fender Strattocaster, un espíritu mercantilista se apoderó de mi persona, por lo cual, pienso que debo buscar un exorcista con urgencia, aunque debo agradecerle a este espíritu infernal la idea de ver la parte comercial del asunto, y en consonancia con los paradigmas actuales de la alta cocina gourmet, tuve la opaca ocurrencia de abrir un restaurante para escribir tratados, y a la vez, dar la posibilidad de comer unos canelones, ya sea de ricota con jamón, o bien, verdura, para quienes quieran plasmar su desvarío en excelsas prosas. Se llamará “Tratados & Trattoria”. Estoy buscando inversores para este emprendimiento, y como condición esencial, debe ser gente que no se encuentre en la banca rota, ya que si bien -o mal- el emprendimiento está basado en una fórmula "literario-culinaria", no me gustaría que -literalmente- me vaya como la segunda parte integrante de la misma.
Sí, creo que puede funcionar. En Buenos Aires pueden haber muchos clientes potencialmente interesados en los beneficios de mezclar una buena salsa piamontesa ó scarparo, con inspiradas palabras, sabiendo que no se debe hablar con la boca llena, cosa por la cual, todo lo que se piense o se quiera expresar, no se hará en forma oral, sino que deberá ser escrito. Supongo que es un buen límite para incentivar el verbo de la birome y la pluma fuente.
La Bohemia de los literatos, por alguna razón, siempre es expresada en servilletas. Recuerdo a uno de mis maestros de la escritura, su nombre era Don Francisco Escriba. Siempre sospeché que no se llamaba así, porque todos le pedían que escriba algo dicendo: “Vamos, Francisco…escriba”. Era un escribano que trabajaba en tribunales, pero se dedicaba a escribir otras cosas más importantes en servilletas de bares y restaurantes, con la particularidad de ser muy prolífico en su producción artística. No había establecimiento gastronómico que alcanzara para su inspiración, ni servilletero que le durase más de diez minutos, por lo cual, al cabo de unas horas terminaba con las servilletas de varios bares de Buenos Aires, teniendo que migrar de uno en otro en busca del preciado soporte para sus ideas, y de alguna forma era obligado a ir de bar en bar, ya que lo echaban a patadas de todos. Tanto fue así, que en las postrimerías de su vida literaria, se vió obligado a ir a los baños de los mismos bares para escribir en rollos de papel higiénico, que le duraban algunos segundos más, aunque debo reconocer que sus obras habían bajado de calidad, pasando a ser de un género casi escatológico. Por estos motivos he decidido que las servilletas de mi restaurante, serán resmas de 500 hojas, formato Oficio, con una nota alcaratoria para literatos prolíficos, instándoles a escribir en letra chiquita y prolija para aprovechar bien los recursos.
El espíritu infernal mercantilista que me ha poseído, me sugirió que utilice servilletas de paño, o tela, pero no, sus intenciones son de mala entraña, por ser del mismo infierno, y recuerdo ahora, otro caso que no tuvo caso, paradójicamente hablando. Me refiero a Girondino Girondón, un exponente de las letras profundas como un charco de agua, que no era escribano: “Sólo sé…que no soy nada” decía él, con profundo sentido filosófico existencialista y socrático. Su costumbre era escribir sobre servilletas de tela en finos restaurantes, y atesoraba sus grandes obras en su biblioteca, o bien, servilloteca. Pero la fatalidad fué el destino cruel de su ser, que no era nada. Un domingo por la mañana, mientras él se encontraba en descanso ocioso mirando el vibrante partido Chacarita-Mandiyú de Corrientes, su mujer, Ernesta, agarró toda su servilloteca, y la puso en el lavarropas al ver la suciedad de las telas, llenas de ilegibles líneas de tintas y manchones azules, negros, verdes, rojos, algunos remarcados con marcadores fosforescentes. Si bien la letra de Girondón, no era muy buena, eran mucho más ilegibles para Ernesta, que no sabía leer. La Tragedia, sí, la tragedia sobrevino sobre Girondón al ver esta decisión de limpieza de años de trabajo artístico, junto a la tinta desprendida de las telas, que pasaron a integrar los desagues de la ciudad. Sin remedio, Girondón cometió suicidio, y dijo, “ahora sí que no soy nada…debo ser algo”, y se puso a estudiar escribanía.
Las preguntas y conclusiones sobre este emprendimiento comienzan a torturarme como una tiza gritando contra un pizarrón, hecho en forma adrede: ¿Quedarán en Buenos Aires individuos con espíritu bohemio? ¿Quedarán en Buenos Aires, individuos con espíritu? ¿Quedarán en Buenos Aires, individuos? Y sobre todo ¿Quedará Buenos Aires? ¿Cuánto tiempo más va a durar? ¿Llegará hasta el juicio final, o será destruída antes? ¿Debo averiguar qué ciudad llegará al fin de los tiempos para que mi emprendimiento tenga un futuro cierto de rentabilidad sostenida en el tiempo? ¿Debo cobrar el cubierto, o debo cobrar las biromes? ¿Hasta qué punto es capaz un escritor de comer un canelón y escribir al mismo tiempo? ¿El menú, lo escribo en varios tomos, o como una simple epístola es suficiente? ¿Si la literatura se escribe sobre servilletas, debemos limpiarnos las manos con libros? ¿Alguien conoce un restaurante que sirva buenas pastas?
“Pienso…luego existo” Decía René Descartes, descartando pensamientos en la servilleta de su filosofía. Supongo que en mi restaurante “Tratados & Trattoria”, para exisitir, antes se debe comer algo. Y pienso que debo meditar más acabadamente sobre este emprendimiento, cosa por la cual, intentaré expulsar de mi cuerpo este espíritu mercantilista infernal en la iglesia más cercana.
jueves, 23 de septiembre de 2010
¡Que no cunda el pánico! Los medios masivos de comunicación están para informarnos con mesura y verdad, brindando tranquilidad, sosiego, ante las emergencias y cataclismos que destruirán la humanidad completa, atajando caballos de jinetes apocalípticos desbocados del nuevo milenio, durante el proceso del jucio final de nuestra especie.
Calma, mucha calma...debemos mantenerla hasta el…”¡ULTIMO MOMENTO!”
Tratado sobre las “Mielcitas”
De mi libro: “Tratados que tratan de tratar algo, pero sin dejar de tratarlo, sea bien o mal, de eso se trata, y eso trato.”(He mejorado notablemente la síntesis de los títulos sobre mis tratados, aunque no logro aún ser sintético en el título del libro, y sobre todo, en este tipo de extensas explicaciones sobre los mismos, cosa que realmente me tiene preocupado, aunque por el momento no pienso solucionarlo. Por más que me pese, trataré de levantarlo igual.)
Arrojando un plástico vacío de Naranjú sobre la vereda…por lo cual, me llamó la atención un militante de Greenpeace, quién me señaló con el dedo-sabiendo que señalar es de mala educación- diciéndome que el plástico no es biodegradable y debe ser arrojado al tacho correspondiente, so pena de ser denunciado, para luego venderme un diccionario Sopena, a lo cual accedí de buena gana ofreciéndole un pago en 50 cuotas sin intereses con mi tarjeta de crédito, que es de plástico, y aceveró que de ninguna manera aceptaría un pago en ese material, en cambio sí lo aceptaría con un cheque a 30 días. Le dije que no utilizo cheques, ya que cada cheque es un árbol menos en el mundo, y estoy en contra de la tala de árboles para luego hacer pasta celulosa, con su consiguiente resultado, el papel que conforma al mismo objeto-cheque, y en el fondo, aunque tuviese cheques, seguramente carecerían de fondos (como mi tarjeta de crédito). Al ver esto se alejó protestando con indignación. En fin, mientras guardo el diccionario Sopena en el bolsillo, olvidado por aquel hombre verde enojado, -llego a la conclusión que quizás se trataba del Increíble Hulk- prosigo con el relato.
Arrojando un plástico vacío de Naranjú -en el tacho de plásticos correspondiente- , noté que mi sed de verdades no se había calmado, y procurando algo más fuerte que prolongase la verdad, llegó a mi mente en forma de idea -sin saludar al entrar- el elixir más indicado. Allí estaba en el kiosko: una tira colgante de colores hipnóticos, atrayentes, que describía una curvatura, sí, una tira de mieles vencidas por su propio peso en el espacio y en el tiempo, y quizás luego me dí cuenta, vencido en su fecha “espacio-tiempo” para ser consumido.
Aquel manjar en cuestión eran… “Las Mielcitas”.
Al tomarlas, sabiendo que eran mieles, y temiendo que una turba de abejas indignadas, -como el militante de Greenpeace- me persiguieran por haberlas extraído del “kiosko-panal”, salí corriendo urgentemente. Tambien salí corriendo, ya que no aboné la suma correspondiente a su adquisición, y en lugar de las abejas, temía que me persiguiera el kioskero. Abandonar la escena del crimen perpetrado contra abejas y kioskeros siempre es lo más indicado.
A salvo de mis potenciales perseguidores, procedí a probar las mieles en cuestión. En ese instante, las verdades comenzaron a llegar –tampoco saludando al entrar- y aquella panacea revelóse en toda su dimensión desconocida.
Parecidas en su conformación al Naranjú, eran de una durabilidad intensa que podía prolongarse durante horas, aunque no eran frías, ni poseían estado sólido, o bien líquido, por lo que intentaré más adelante encontrar la definición de su verdadero estado, aunque parece ser uno bastante anárquico, ya que no posee Estado alguno.
Si el Naranjú encerraba el grave dilema “sólido-líquido”, en este caso el dilema seguía siendo algo inestable, inexacto, incorrecto, es decir, no tenía dilemas, ni argumentos muy sólidos -ni líquidos- y era solamente una babosidad de colores fuertes con gustos estridentes, contenidos por un envase que rebalsaba su anárquica miel. Comer esas Mielcitas implicaba a su vez, devorar el plástico, por lo cual no creo que el militante de Greenpeace estuviese de acuerdo con la ingestión de las mismas, y me pregunté: ¿Era el plástico lo que tenía gusto, o era la sustancia anárquica? Al fin hallé un dilema, aunque no duró demasiado tiempo, ya que al probar el plástico en sí mismo, comprobé que no tenía gusto a nada, volviendo así el foco de mi incorrección hacia el estado de la anárquica miel. En ese instante comenzaron a llegar las conclusiones y los interrogantes, que tampoco saludaron al entrar. Si el Naranjú era un producto del capitalismo: ¿Las mielcitas eran una contraofensiva anárquica, es decir, anarquista, con la contradicción misma de tener un Estado? ¿Cómo convivían ambas en el mismo kiosko? ¿Se llamaban mielcitas porque la miel es fabricada por comunidades de abejas obreras con el consiguiente mensaje subliminal de corte proletario? ¿Porqué tengo este dolor estomacal, acaso estaban vencidas? ¿O es que las utopías han muerto, y han sido vencidas junto con la fecha de vencimiento del producto? ¿Las abejas reclamarán alguna vez derecho de autor sobre esta golosina? ¿Porqué me siguen las moscas? ¿Será porque tengo pegoteado en las manos el dulce de las fatales mieles multicolores, o bien, las moscas son abejas encubiertas? Y para cerrar, y luego almorzar...¿El militante de Greenpeace era el Increíble Hulk, o bien, Bill Bixby, el actor de la vieja serie televisiva?
Realmente, mi estado de confusión, fue más fuerte que el “sólido-líquido” del Naranjú, y más anárquico que el de las Mielcitas. Decidí retirarme sin verdades, pero con la única certeza que me quedaba: Tanto las ideas, como las verdades, los interrogantes y las conclusiones, cuando llegan, nunca saludan al entrar, y son realmente maleducadas, como el militante de Greenpeace que me señaló con el dedo.
Buenas Tardes.
Próximo tratado: Los caramelos “Fizz"
miércoles, 22 de septiembre de 2010

Tratado sobre el extraño cartelito colgado en árboles y caños de luz, que versaba: “Pica Pica Bajada de Cordón”
De mi libro: “Tratados que tratan de tratar algo, pero sin dejar de tratarlo, sea bien o mal, de eso se trata, y eso trato.”
(Tengo un grave problema de síntesis, tanto en el título de los tratados como en el título del libro de los tratados. Trataré de abreviar.)
Bajo una amable estrella de iluminación fugaz mientras comía una fugazzeta de fugazza con queso, llegó a mi mente un tema totalmente intrascendente como relevante. Me encontré remontando el barrilete de mi porteña niñez, que siempre solía perder en el viento -como hoy mi niñez- vislumbrando en sueños de vigilia aquel indescifrable cartel de prosa breve pero concisa, -y sin cisa- que hasta la etapa casi adulta no supe de qué se trataba, y ahora sé de qué se trata, aunque en cambio hoy, no sé bien de qué se trata la adultez. El cartel en cuestión es: “PICA PICA BAJADA DE CORDON”.
Bajo una amable estrella de iluminación fugaz mientras comía una fugazzeta de fugazza con queso, llegó a mi mente un tema totalmente intrascendente como relevante. Me encontré remontando el barrilete de mi porteña niñez, que siempre solía perder en el viento -como hoy mi niñez- vislumbrando en sueños de vigilia aquel indescifrable cartel de prosa breve pero concisa, -y sin cisa- que hasta la etapa casi adulta no supe de qué se trataba, y ahora sé de qué se trata, aunque en cambio hoy, no sé bien de qué se trata la adultez. El cartel en cuestión es: “PICA PICA BAJADA DE CORDON”.
Como un misterio que delataba mi inconsistente revelación, estos carteles me llevaban siempre a miles de preguntas, de las cuales me acuerdo pocas ya que no tomaba nota de ellas. Una que recuerdo -aunque desconfío sea correcta- es acerca del autor de esta frase, y en aquel momento asociaba el cartel con la canción picaresca que decía: “Pican pican los mosquitos…con bastante disimulo, unos pican en la cara…otros pican en el….(sírvase usted completar la frase)” . Su parecido con la primera estrofa de la canción me hacía suponer que había sido escrita por el mismo autor, pero luego eché por tierra con este interrogante un día que me desplomé en el piso, de tierra justamente, al estar mirando uno de estos carteles sin mirar hacia abajo, que es dónde está la verdad, según dice Facundo Cabral, y me tropecé con el cordón de la vereda, cosa que me hizo volver instantáneamente al tema en cuestión, aunque estoy seguro que de la verdad me encontraba bastante lejos.
El cordón era el otro tema, es decir, si el fragmento "PICA PICA" era fácil de asociar, el "cordón" me resultaba difícil, cosa que agradezco al tropezón que fue caída, abriendo mis conocimientos con el golpe junto a mi cabeza, con una herida sangrante incluída. Pues bien, había alguien que picaba y picaba -con disimulo -o no- el cordón, y claramente era en bajada. Lo de la bajada nuevamente comenzó a preocuparme, pasando a ser el nuevo elemento que colaboraba con mi gran insensatez. Descartando cualquier em-bajada, llegué a la conclusión que lo que se picaba era el cordón para hacerle una bajadita. Ahora bien: ¿Porqué no picaban para hacerle una subidita? Luego de varios años de investigaciones, llegué a la conclusión que si era para bajada, también podía utilizarse como subida, quedando resuelto el dilema, y yo, quedando como un papanatas. Es decir, todo este cartel era una promoción para picar los cordones y hacerles bajadas y subidas al mismo tiempo, cosa que era muy útil para mi bicicleta cuando quería acceder a la vereda desde el empedrado a través de las entradas de los garages. Y…¡Eureka! Le grité a mi vecina, que se llamaba así. Los tipos son los que hacen las bajadas y subidas de cordones para subir los autos a la vereda, y luego a los garages de cada estacionamiento. Para cuando llegué a esta conclusión ya contaba con 28 años de edad, pero nunca es tarde para darse cuenta de la propia inoperancia, y nunca habrá tiempo para corregirla completamente.
Ahora sé que hay mosquitos que pican bajadas y subidas de cordones para los garages.
PICAN PICAN LOS PICAPEDREROS, CON BASTANTE DISIMULO, UNOS PICAN LOS CORDONES, OTROS PICAN EN EL…(Sírvase usted completar la frase.)
Recuerdo un mal sueño, una pesadilla que todavía por las noches suele volver a visitarme, sin que la invite: Un profeta de mala tripa con monedas del César, arengaba a una turba encolerizada hacia la conquista de su individualismo, convenciéndoles que pertenecían al Paraíso del Primer Mundo y debían marchar, uno a uno, hacia las tierras prometidas de Miami o Cancún. Esto ya era un hecho. Con orgullo revanchista hacia los infieles que no entendían aquello, se emprendió una guerra santa hacia la conciencia y el pensamiento, a cambio de unos pocos fetiches y paseos por la vereda tropical del consumo.
En aquella época, el Muro de Berlín había caído ¡Al fin la humanidad se unía! Los muros estaban cayendo en todo el mundo, todos lograban la libertad tan esperada mirando con agradecimiento aquella mítica Estatua de la Libertad de la tierra prometida, mientras en la radio FM sonaba “Wind of Change” de Skorpions. Esos vientos de cambio comenzaron a soplar de la mano del Neoliberalismo, una versión mejorada de su antecesor del libre mercado, pero en esta oportunidad, no venían a abrir solamente mercados, sino también, a persuadir con suavidad y delicadeza, por todos los medios mediáticos posibles.
Aquellos pedazos del Muro de Berlín que la gente solía atesorar como fetiches de la nueva etapa libertaria, quizás se han transformado en nuevos muros, atomizados en cada calle, en cada espacio, y se multiplicaron para ser invisibles, aunque infranqueables.
¡Adelante amigos! Las puertas están abiertas para todos, las divisiones raciales, sociales, de clase, ya son algo de otros tiempos, el que no lo quiera ver, es porque está ciego, o bien, tiene envidia que le produce ceguera. El mundo está hoy pensado para todos, y pobre de aquel que quiera modificarlo, piense diferente, o bien, luche por algo mejor, aunque, también, los que luchan cada día, quizás son más de los que parecen ser, o nos muestran...
martes, 21 de septiembre de 2010
Tratado sobre las estampillas y la filatelia que las engloba (Y los filatelistas que viajan en el mismo globo.)
De mi libro “Tratados que tratan de tratar algo, pero sin dejar de tratarlo, sea bien o mal, de eso se trata, y eso trato.”Aquellas cartas escritas en papel con pasión y alevosía, tachadas, borradas, y vueltas a escribir, aprovechando los beneficios de un borratintas para ser luego insertadas en un sobre sellado con estampillas mal pegadas, es algo que quedó en el fango del progreso, y con ello, una de las desocupaciones más sanas de toda la historia del siglo XX: “La filatelia” y su natural víctima, el coleccionista de sellos postales, el filatelista.
Estos sellos que llegaban de todo el mundo eran la antesala de la globalización, y la sala de tormentos de viejos sobres, los cuales eran hervidos para extraer lo más sanos posibles los sellos postales pegados con goma rancia, para luego colocarlos en el álbum de su descanso eterno. Venían en idiomas diferentes, causa lógica, por ser de diferentes países, contando con coloridas series de personajes históricos, flora y fauna silvestre, deportes, conmemoraciones de feriados, o bien, fechas patrias, y todo lo que es innecesario saber para estar tranquilo.
La virtualidad ha dejado este hobbie en la nada, ya resulta imposible extraer de internet y sus adustos "e-mails" el beneficio de un sello postal; a lo sumo habrá un sello virtual en tarjetitas inverosímiles con emoticons insalvables, miles de pixeles que se desvanecen en el eter eterno. ¿Volverán algún día las estampillas en sus álbumes, o fuera de ellos? ¿Existirá un apocalipsis del internet que nos deje a todos en las sombras volviendo a escribir aquellas cartas con sellos postales y su día de emisión, aunque escribiendo incorrectamente por la falta de luz? ¿Es verdad que los filatelistas están escondidos en alguna catacumba de la civilización urdiendo planes maquiavélicos para lograr esto y dar el golpe final a la posmodernidad? ¿La estampilla Nacional y Popular, ha sido devastada por los intereses del FMI? ¿Alguien tiene la estampilla de la colección de Flores Argentinas que me falta?...si es así, avisen, me falta el Ceibo.
Interrogantes que aún no encuentran respuesta, y es menester encontrar respuestas que no tengan interrogantes, así de una vez y para siempre, todo se aclara.
¡Que viva el sello postal! Viejo baluarte de la bohemia filatelista, con tiempo de sobra, y cartas en exceso.

Tratado sobre el refresco-bebida “Naranjú”.
Extraído de mi nuevo Libro “Tratados que tratan de tratar algo, pero sin dejar de tratarlo, sea bien o mal, de eso se trata, y eso trato.”
(Sé que el título del libro es un poco prolongado, pero así son las cosas, no lo voy a cambiar por otro ya que tengo derecho a escribir libremente -según dice mi editor- y yo a él le hago caso en todo, casi ciegamente. Este libro pronto lo estaré lanzando, por la ventana, así que estén atentos, por ahí ligan uno en la cabeza. Esta interrupción también se hizo larga, pero estoy ejerciendo el derecho que me dijeron que tengo, y no lo voy a negociar, aunque escucho ofertas.)
No entiendo porqué el refresco “Naranjú” siempre era preferido por todos los chicos -y algunos grandotes bastante mojigatos- en estado de piedra congelada, es decir, en estado sólido. Yo lo probé en esas condiciones y perdía notablemente el gusto a naranja, pasando a tener sabor de agua congelada, aunque el agua es incípida entre otras cualidades, pero bueno, era agua y no naranja, punto. Esto no sucedía para nada en su estado líquido, conservando su estridente sabor químico y naranjal en todo su tóxico esplendor.
Es verdad que el congelado duraba mucho más tiempo que el líquido, ya que en el segundo estado, desaparecía rápidamente en dos o tres sorbos, pero me pregunto: ¿Sólo por el hecho que durase más tiempo en su congelada forma, era preferible a que pierda el gusto que le daba su nombre e identidad? ¿A qué costo un purrete era capaz de traicionar ciertos ideales intensos, en pos de algunos cómodos y aparentemente más ventajosos? ¿Es preferible la prolongación de algo soso a la experiencia intensa y empalagosa? ¿Es el capitalismo que nos hace sacar más provecho compulsivamente pensando sólo en el beneficio fáctico, cuasi especulativamente? ¿Estamos destinados a ser eternos sobadores de hielo? ¿El hombre de la barra de hielo, existe? ¿El Naranjú, se bebía o se comía? ¿Era el Naranjú un experimento para manipularnos con su dilema “sólido-líquido” y todo era apuntado por agentes de la CIA para observar nuestros comportamientos en el marco de la guerra fria?
Dilemas de la niñez, que todavía hoy atormentan mi pensar, y me hacen repensar que realmente, de una vez por todas, debo consultar al psiquiatra, o bien, a un manosanta.
Buenas Noches.
Próximo Tratado: “Las Mielcitas”.
lunes, 20 de septiembre de 2010
domingo, 19 de septiembre de 2010
Hace mucho tiempo, desde una galaxia muy muy lejana…nos han llegado estos inspirados versos de Star Wars. Muchos aseguran que fue escrita por el mismo Maestro Yoda, pero esto es desestimado por otros tantos, asegurando que carecía de altura poética. Esto es difícil de comprobar, pero lo que es seguro, es que carecía de gran altura.
A pesar de todo, contaba con la fuerza necesaria para escribirlos, dado su manejo de la fuerza, aunque a veces echaba mano de la fuerza bruta, y según la máxima Sarmientista, para Yoda era necesario luchar “…con la espada láser, con la fuerza y la palabra…”. Hoy sabemos que en cada escuela Jedi, hay un cuadro de Yoda colgado, con gesto adusto, pétreo e inconmovible, es decir, una cara de culo atroz, y es odiado por todos los educandos padawans que le reprochan el porqué del invento de estos establecimientos educativos, escapando de los mismos ni bien termina la hora de clase.
¡Queridos Padawans! Ya en su etapa adulta agradecerán la educación formal primaria y secundaria, para de una vez por todas, dejar la barbarie y abrazar a la civilización, venciendo la tiranía de Darth Vader, La Santa Federación Imperial, y la divisa negro punzó.
¡Que la fuerza los acompañe! O al menos...los mire de cerca.
viernes, 17 de septiembre de 2010
El psicoanálisis es por excelencia, una herramienta fundamental en el devenir de los porteños. Apoyamos este pensamiento, -tratando que no se caiga- en la abultada estadística a nivel mundial de pacientes que se impacientan cuando se angustian. Desde su neurosis y nostalgia, el tango refleja este sentimiento de pensarnos en un mundo de calles laberínticas del desconsuelo, rutas y direcciones mal señalizadas, ansiedades de empedrado resbaloso, sufrimientos de cornisa con lunas que ruedan compulsivamente por Callao ¡Locos, locos, locos!…cuando anochece en la porteña soledad, junto al pensamiento filosófico acerca de la finitud de la vida, bajo la certera amenaza por la cual, será la huesuda quien nos llevará p’al jonca. Ya lo dice el recitado de “La Cumparsita“, de Matos Rodríguez: “El tango tiene olor a vida, tiene gusto… tiene gusto a muerte”.
Todas estas cosas, nos hacen especialmente particulares, y el mate, no descansa, tanto en el pensamiento, como en la cebada del mismo, ya sea amargo, o dulce. Qué sería del tango sin esta visión particular de la existencia, desde lo individual, hasta lo general, que ha llevado a escribir grandes obras literarias, como a Borges, así como los tangos inolvidables de Homero Manzi, resongando reflexivamente entre bandoneones quejosos, aquellos aconteceres de la vida misma y el destino. Es necesario mantener esta impronta en el caso del tango, y a la postre, aceptarnos como somos, siendo felices de esta manera, solamente pensando y experimentando el dolor, y la alegría. De lo contrario, la felicidad ilusoria y pasajera de un arlequín infame y burlón, solamente logrará entistecernos, como en este caso le ha pasado a Floreal “El Jilguero de Avellaneda”.
jueves, 16 de septiembre de 2010
miércoles, 15 de septiembre de 2010
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