El vampiraje, generalmente no es muy aficionado a las tradiciones de los mortales. En primer y último lugar, porque son inmortales, y por la misma condición, les resulta demasiado complejo habituarse a los paradigmas tradicionalistas, que sabemos, rigen las vidas de las personas, y cambian según contextos y momentos históricos. Por ejemplo, un vampiro de la Edad Media, no puede permanecer en el hábito de bañarse una vez por mes, ya que en el siglo XXI esas formas son condenadas, y si no se bañan a diario pueden sufrir descalificaciones por parte de individuos posmodernos, tales como: sucio, roñoso, bañate, etc. Inclusive, algunos más arriesgados se animaron a escribir con el dedo índice en la capa de algún vampiro demasiado apegado a las tradiciones medievales, la inmortal frase: “LAVAME SUCIO”. Y claro, la condición de ser inmortales, muchas veces los encontró en abrazo fraterno con Highlander, compartiendo las penurias de los que se ven siempre olbigados a despedir a los que se van, y nunca tienen la oportunidad de despedirse ellos mismos al pasar a mejor vida.
Pero, desde la oficialización de la fe Cristiana, hecha de la mano del emperador romano Constantino, allá,…ahí…iSi!...por el año 300 d.C., el vampiraje extrañado miró sin comprender que el rito del casamiento, se realizaría en templos llenos de crucifijos, agua bendita, y para colmo, edificados sobre tierra consagrada, cosa que a los vampiros les hace perder su preciada inmortalidad. Entonces, desde Constantino en adelante, estos seres de la noche ya no podrían contraer matrimonio, lo cual a muchos...les vino muy bien.
Esto de cumplir a rajatabla algunas tradiciones, es posible que no se aplique solamente a los vampiros. Es una mala costumbre visible en ciertos mortales poco adaptables a los mandatos sociales imperantes, y hace varios años, vienen reclamando igualdad de condiciones con los murciélagos humanos -no confundir con Batman-intentando conseguir la inmortalidad. Se sabe que muy pocos han conseguido este logro igualitario, cosa que Highlander logró por ser un soltero empedernido y sin remedio.
Presentamos aquí, el caso de “Drácula” y su prometida mortal, “Mina”. Sucede que muchos vampiros malintencionados, le decían a Drácula: “Dejate de hinchar, vos tenés que conseguir una mina buena, y casarte de una vez por todas”. Drácula, desacostumbrado a estas tradiciones, trató de seguir al pié de la letra las recomendaciones de sus viles colegas, y literalmente pudo conseguir una "Mina" para casarse; aunque por culpa del emperador Constantino, tendría algunos problemas para resolver este inmortal dilema.
1 comentario:
Pregunto: y con la media luna o el candelabro de siete velas se ahuyentan los vampiros?
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