domingo, 8 de agosto de 2010



En mis viajes por el mundo, he visitado el reino Nipon; éste queda ubicado en el mismo lugar que Japón, y hasta sospecho que son el mismo lugar…no entiendo. He recorrido su vida feudal, sabiendo que pasaron esa fase histórica, por lo cual, sigo sin entender.

En las reglas de etiqueta, verderamente encontré sus saludos ceremoniales un tanto molestos, ya que el agacharse es menester, y yo no me agacho ante nadie, por lo cual, me hice de pocos amigos, y a los pocos, no les entendía cuando hablaban, teniendo en cuenta que mi único conocimiento del idioma, era reemplazar las letras “Erres” por las “Eles”.

Su comida fresca, frugal, basada en el arroz (aloz), me sentaba bien, cosa a tener en cuenta, porque no usan sillas, y siempre hay que estar bien sentado en el piso. Esto me trajo problemas articulares, pedí entonces recomendaciones sobre masajistas, y me aconsejaron asistir a lo de unas amables “Geishas”… debo confesar que resultaron ser más amables de lo que pensaba.

Los “Samurai” me deleitaron con su manejo de la “Katana”, y sin perder la capacidad de asombro, intenté no perder la cabeza, por lo cual, me retiraba enseguida de esas exhibiciones un tanto filosas.

Muy bien, he aquí una ilustración de mi viaje al reino Nipon. Si bien traté de hacer una descripción exhaustiva, dados mis conomientos, es tan exhaustiva como inexacta. Igualmente pude extraer las siguientes conclusiones: Es una cultura inentendible, molesta en su saludo ceremonial, perjudicial para las articulaciones, pero con masajistas amabilísimas.

Sé que es una ilustración demasiado extensa para apreciar por este medio. Pero como dijo un monje budista (especialistas en budines de aloz)…”¡Oh! mi quelido Zalasa-san, el veldadelo detalle, esta en el todo, y…eso es todo, ¿Entendel?”. A lo que contesté…”No…¿Tiene budín de aloz?”.

1 comentario:

Tania Rios dijo...

hermoso el poema hecho letra y hecho palabras...