lunes, 23 de agosto de 2010

Estoy totalmente a favor de la Salud Pública, un servicio que debe ser garantizado gratuitamente para todos los ciudadanos, inclusive los vampiros, en su mayoría inmigrantes de Transilvania, y no se los debe tratar como menos. Eso sí, habrá que adaptar algunos servicios a sus usos y costumbres, sobre todo en el banco de sangre, pero con alguna regulación, ya que si se engolosinan, nos dejarán secos.

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