La vida nocturna, los vicios, el champán, el tabaco, platos de puchero ricos en grasas, el escolaso, alguna que otra cicatriz en una justa criolla, son los causales de daños colaterales en la salú de muchos cantores de tango de vida licenciosa, pero sin licencia de conducir.
Seducidos por las nuevas dietas naturistas, el agua mineral, y los cigarrillos electrónicos, muchos tangueros dejan la vidurria de farras y milongueos, bien debute, para convertirse en ejemplares cultores de la vida sana. Si bien, los guapos de antes no usaban gomina, ahora usan gomina light.
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