miércoles, 18 de agosto de 2010


Presentamos aquí unos versos porteños.

Gran cantidad de poetas arrabaleros han pasado sin dejar huellas, quizás por haber sido borradas por otros que pasaron caminando por el mismo lugar. Quedaron así, en el barro de la historia, sobre todo en épocas de inundaciones en el barrio de Pompeya, dónde tantísimos guapos yacen bajo las aguas.

Quizás uno de los poetas más recordados en plena amnesia, es quien escribió estos versos. Dicen que en realidad, era filósofo, por eso la profunda habilidad de sus conceptos...y la torpe superficialidad de sus rimas. Le llamaban "Sócrates", pero nada tenía que ver con este gran filósofo, la única similitud, es que murió envenenado, aunque, no por un castigo de la ley impuesta.

Afirman que en el boliche del gallego José “Pepe” Guisantes, en Avellaneda, se intoxicó al comer una de sus empanadas, muy famosas y conocidas por todos, por eso mismo no las comía nadie. ¡Qué le vachaché Sócrates! El destino te jugó una mala pasada, o acaso fue Dios, la ley de causa y efecto, algún karma que te llegó del oriente, el devenir del ser, o bien, la carne podrida de Don Guisantes.

¡Salud! Al gran poeta filosofal, Salud…aunque te haya intoxicado esa empanada maula.

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